Todos hemos tenido una tienda y un tendero de confianza, ese que nos recibe con una sonrisa cuando llegamos a hacer las compras diarias; el mismo que en ocasiones es confidente, consejero, informante de las noticias del barrio y amigo. Por eso y muchas cosas más, Ramo quiere rendir un homenaje a los tenderos en su día.

Muchas de estas personas han dedicado gran parte de su vida a esta labor, se han preocupado por tener los mejores productos para satisfacer las necesidades de sus clientes y atenderlos con una sonrisa. Entre los innumerables tenderos de nuestro país queremos destacar la labor de Lilia Alayón, una mujer de 70 años que ha dedicado 32 a su tienda ubicada en el barrio Alcázares.

Doña Lilia, como le dicen respetuosamente sus clientes, es la representación de una mujer tradicional, ‘chapada a la antigua’. Se caracteriza por tener una sonrisa que no se desdibuja mientras habla, su carácter es fuerte pero eso no le resta al amor y ternura con la que atiende su negocio.

Esta mujer ha entregado su vida a sus tres hijos y al servicio de todas las personas que visitan su tienda, ‘De sol a sol’, un negocio que no tuvo un inicio fácil:

“durante los primeros 10 años me levantaba a las 3:00 a.m. a alistar todo, abría a las 6:00 en punto, cerraba a las 9:00 de la noche, y finalmente lograba acostarme a las 12:00 a.m. Abría domingos, festivos, 25 de diciembre, 1 de enero. Yo nunca cerraba. Pero cuando terminé de pagar la casa ya fue mejor”.

A su edad afirma con orgullo que le gusta trabajar, que la hace feliz y lo que más disfruta en la vida es atender a las personas que llegan a su tienda, pues cada cliente se ha convertido en un compañero de vida. Gracias a su negocio y a todos los antojitos que prepara sacó a sus hijos adelante.

Hay tiendas que llevan años, pero el éxito de la permanencia se debe al trabajo arduo de sus tenderos. Doña Lilia asegura que ha progresado gracias al amor y, con la sonrisa y la sencillez que la caracterizan, revela su secreto: “Lo que sea que uno haga con el corazón le sale bien. La gente me pregunta que cómo hago para que todo me quede rico, y yo respondo que lo hago con amor”.

Doña Lilia además de atender a los habitantes del barrio Alcázares ha abierto las puertas de su tienda, e incluso de su casa, a los trabajadores de las oficinas de Ramo a quienes considera como una familia, y cuenta con orgullo: “yo quiero mucho a la gente de Ramo, aquí venían varios trabajadores. Alcance a tener como 200 hijos que me decían mamita». Por el amor, la entrega y la dedicación que los tenderos le ponen a su trabajo Ramo les agradece y les desea un feliz día.

Con textura crocante y delicioso sabor gracias a la cuajada fresca con la que están elaboradas. Encuéntralas en sus presentaciones: individual y paquete x 12.